Un promedio de 130 muertes por día a partir del uso de opioides. Un costo económico de USD 1 trillón durante las últimas dos décadas. Una reducción en la expectativa de vida de los estadounidenses por primera vez en cien años. Las estadísticas son muestra de una epidemia en salud y seguridad pública sin una solución sencilla. A medida que crecen las dependencias, desafortunadamente, hay cada vez más delincuentes dispuestos a explotar la demanda para su ventaja personal.
Los proveedores de atención médica y farmacéuticos están en la primera línea en la prevención de estos tipos de abusos. La vasta mayoría tiene consciencia y están dedicados a controlar el abuso de opioides. No obstante, los pocos que no pueden tener un impacto excesivo en la seguridad pública. Los estados están luchando contra las pastillas molidas que destacan a médicos y enfermeros sin escrúpulos que emiten recetas de opioides, supuestamente para el alivio del dolor, con poca o ninguna interacción con los pacientes que atienden. Pero las oportunidades para actuar de forma errónea están en todas partes. Emitir recetas fraudulentas es una forma de explotar la cadena de suministro, otra es ser una farmacia que distribuye ilegalmente las drogas. Con tanto en juego, por cada esquema frustrado, emergen varios más.
Explorar una capa de investigación no aprovechada
En la actualidad, los organismos tienen una variedad de recursos para investigar el fraude con opioides. El Programa de Control de Drogas Recetadas (PDMP) rastrea las recetas médicas proporcionadas por farmacias o médicos en una base de datos centralizada. Otras herramientas integrales incluyen un servicio policial en las calles y tácticas encubiertas, búsquedas en registros financieros, datos de reclamos de seguro y sistemas de informes que rastrean las drogas desde su punto de fabricación hasta el punto de venta.
Aunque estos recursos tienen una validez enorme, hay una dimensión faltante en la investigación a la que estas herramientas no pueden llegar. Detrás de cada uno de los participantes en una transacción, ya sea un “paciente”, un responsable de emitir recetas o un farmacéutico, hay miles de millones de puntos de datos en tiempo real que cuentan una historia única. Estas son las relaciones, los comportamientos, las acciones y la intención creados en datos en línea públicos que, al sintetizarse, sirven como una posible brújula en las investigaciones de fraude. Con tecnología avanzada que permite a los analistas recopilar y analizar esta información, además de realizar una investigación multidimensional posibilitada por conocimientos automatizados, es posible revelar una conexión ilícita entre un “paciente” y el médico que receta de manera fraudulenta OxyContin. O bien, si el hombre que acude a una farmacia a 100 millas de distancia para obtener Percocet es un amigo de la infancia del farmacéutico. Al cruzar estos datos con otros recursos, aparece un panorama antes oculto de actividad sospechosa.
La banda de los opioides en Bullhead City
En noviembre de 2017, la policía arrestó a una mujer que trabajaba como asistencia de facturación médica en el consultorio de un médico en Bullhead City, Arizona. Según la oficina del fiscal general, ella usó su puesto para crear perfiles de pacientes ficticios y falsificar recetas médicas ilegales de comprimidos de oxicodona. Los miembros de su banda de opioides recibían estas recetas médicas fraudulentas bajo la condición de que devolvieran parte de los comprimidos una vez que obtuvieran los medicamentos recetados.
Al usar datos en línea públicos, se revela la siguiente información sobre su caso:
- La naturaleza de la relación entre el cabecilla y sus coconspiradores, quienes adquirían los narcóticos por fraude y falsificación.
- Las personas que no estaban implicadas, pero que tenían una conexión estrecha con varios miembros de la banda; estas personas comúnmente son de interés en una investigación.
- Relaciones inadecuadas entre aquellos en una posición de proporcionar recetas médicas y aquellos que las reciben.
Esta no es información que pueda obtenerse a través de los recursos de investigación habituales. Pero, al usar técnicas avanzadas, comienza a formarse rápidamente un panorama más detallado.
Atar los cabos juntos
La guerra contra los opioides se lucha en muchos frentes. Garantizar que las drogas controladas se obtengan exclusivamente por medios legítimos es una cuestión de seguridad pública vital y un medio esencial para detener su propagación. Las protecciones existentes para la detección de fraude son de extrema importancia, pero si se usan solas, no pueden ofrecer una solución completa. Para obtener más información sobre cómo puede ayudar Voyager Labs, haga clic aquí.